Eneko Aldana: “El formato de la Mancomunidad Vasca no da respuesta a las necesidades de Ipar Euskal Herria, tenemos que pasar a otra fase”

Pasado un año desde la puesta en marcha de la Mancomunidad Vasca, el concejal de EH Bai en Ziburu Eneko Aldana, valora la trayectoria de la institución, subrayando sus bondades pero también sus vacíos y limitaciones. También nos habla de otros temas como los primeros meses de Emmanuel Macron en el Elíseo, los presos o el TAV.

 

 

Después de que la reclamación de un Departamento vasco estuviera sobre la mesa, en 2003 y de la mano de la plataforma Batera, se le dio un nuevo empujón a la reivindicación de una colectividad territorial. El año pasado nació y dio sus primeros pasos la Mancomunidad Vasca. Llegados a la meta de un largo recorrido, ¿ha llegado el momento de convertir la meta en un recorrido?
Vistas las características de la reforma territorial iniciada en 2013 a nivel de Francia, Batera y la mayoría de electos de Ipar Euskal Herria decidimos apostar por una colectividad territorial de estatus particular.

En setiembre de 2017, conseguimos la Mancomunidad Vasca para Ipar Euskal Herria. No era la apuesta preferente de EH Bai, pero aún así apoyamos su creación, ya que esta estructura, aunque tiene sus limitaciones, suponía el primer reconocimiento institucional para Ipar Euskal Herria desde la Revolución francesa de 1789, garantizando la integridad territorial.

Por ello, en cierto modo ha sido una meta, pero tenemos claro que el formato de la Mancomunidad Vasca no responde a las necesidades de Ipar Euskal Herria. Tenemos que pasar a otra fase cuanto antes.

La puesta en marcha de la Mancomunidad se ha basado en un amplio consenso entre los agentes políticos y sociales y de la sociedad en general. ¿Dónde sitúa el camino recorrido las reivindicaciones que durante años han abanderado las fuerzas abertzales? ¿Tiene la Mancomunidad margen para ahondar en ellas?
Como se ha dicho, la Mancomunidad nos garantiza la territorialidad, pero es una estructura limitada en el ámbito de sus competencias. Sin embargo, tiene ciertas competencias en temas como la política lingüística, las relaciones transfronterizas o el desarrollo económico.

El año pasado se celebraron en el Estado francés las elecciones presidenciales y legislativas. El declive de los partidos tradicionales han aupado a Macron a la Presidencia. ¿Una cara diferente para llevar a cabo las mismas políticas?
Eso es. Con el nombramiento de Macron se ha dado una ofensiva liberal desacomplejada. No hay más que ver la composición de su Gobierno, formado por tecnócratas liberales y miembros de los sectores liberales de los dos principales partidos tradicionales (PS y LR).

Con la reforma laboral de Macron, llega la medida para reducir notablemente la cantidad de funcionarios públicos. ¿Este recorte tendrá efectos en la trayectoria inicial de la nueva institución territorial?
Como se ha dicho, en Francia se está dando una ofensiva liberal. En sus primeros meses, Macron ha puesto en marcha su reforma laboral, que ha vaciado de sustancia el Código del Trabajo. En las últimas semanas ha abierto el segundo frente de esa ofensiva, con el proyecto para reformar la función pública. Según las declaraciones hechas hasta el momento, querría eliminar 160.000 funcionarios durante este mandato.

No sabemos cómo afectará esto a las instituciones territoriales, pero está claro que tendrá un efecto.

A diferencia de lo que sucede en Hego Euskal Herria, al otro lado de la muga el proyecto del TAV está paralizado. ¿Cómo se ve desde la Mancomunidad Vasca el futuro de este proyecto? ¿Existe un consenso entre los electos?
El proyecto está paralizado por el momento, pero para nada está abandonado. Como la cuestión del TAV está fuera de las competencias de la Mancomunidad, de momento no se ha debatido al respecto. Los debates se dan principalmente a nivel de Estado y a nivel regional.

Ante la reforma territorial en el Estado francés, y gracias al impulso de las fuerzas abertzales, los corsos han puesto en marcha su nueva institución territorial. ¿Cómo pueden afectar las trayectorias de vascos y corsos a los planes jacobinos de París?
Cada logro de vascos y corsos, sean del nivel que sean, erosiona el jacobinismo francés. Yendo un poco más lejos, hay que decir que, a nivel general, las consecuencias de la globalización neoliberal, sean socioeconómicas o ecológicas, han reforzado la visión en favor de la conformación de soluciones a nivel local. Esa visión conecta rápidamente con la lógica del proyecto abertzale, convirtiendo el concepto de soberanía en algo más entendible y adecuado de cara a un proyecto social alternativo.

Si las relaciones más allá de las fronteras del Estado las controla París, ¿hay opciones de que la Mancomunidad Vasca pueda impulsar la cooperación con la CAV y con Nafarroa?
Sí existen opciones, porque la Mancomunidad tiene competencias en el ámbito de las relaciones transfronterizas.

Integrantes de la Mancomunidad han en iniciativas por la paz puestas en marcha por los artesanos, el colectivo de represaliados y otras personalidades y agentes. Ahí están el proceso de desarme, las marchas a las cárceles, la movilización de París… Hace poco el Gobierno francés ha llevado a cabo el acercamiento de varios presos vascos. ¿Crees que estos movimientos tendrán efectos en Hego Euskal Herria?
Hay que destacar el precedente que crea la postura del Gobierno francés, ya que se trata de la primera vez en los últimos 40 años en los que Francia no se posiciona junto a España en el ámbito del conflicto vasco y en especial en la cuestión de los presos. Hay que ver los pasos concretos y, si estos se dan, aislarán y debilitarán las posiciones de PP y PNV.

No tengo duda de que tendrá efectos en Hego Euskal Herria, aunque me resulta más difícil decir cuál será su alcance.

Tras el balance del año 2017, ¿cuáles son los principales retos de la Mancomunidad Vasca para este año?
El reto principal de la Mancomunidad Vasca de aquí a 2020 es que la institución esté en marcha con todas sus capacidades, para que sea lo más efectiva posible. Aunque la institución se ha creado, todo está por organizar por dentro.