La situación que está viviendo la mayoría de la sociedad es muy dura. La pandemia, la invasión de Ucrania… están siendo el escenario ideal para echar balones fuera. Está sirviendo para que los recortes y las privatizaciones sean galopantes.

Con una sociedad con la soga al cuello, el que dice ser el Lehendakari de todxs, manifiesta públicamente que la tesorería tiene un remanente de 1.877 millones de euros. Lo dice además con orgullo, como si tuviera razones para ello.
Un porcentaje muy alto de trabajadores de Hego Euskal Herria son mileuristas, y muchas personas no llegan ni a eso. Muchos de quienes trabajaron para que tuviéramos una sociedad mejor, tanto política como socialmente, tienen pensiones de 700 euros, incluso por debajo.

Son muchas las casas en las que este invierno no se ha encendido la calefacción, en las
que se han comprado campingases y al anochecer no se enciende la luz. Y no es porque
hayan decidido cambiar sus hábitos. Es porque no pueden hacer frente a los precios
desorbitados de la luz y el gas. Y son muchas las casas en las que la alimentación también
ha tenido que ser reducida en cantidad y calidad, porque el coste de la cesta de la compra
no está equilibrado con sus ingresos.

Mientras esta situación se está dando entre muchos de nuestros vecinos y vecinas, el Sr. Azpiazu, consejero de hacienda y economía, pide “prudencia” con las subidas salariales. ¿Se puede ser más cínico? ¿Pensará que todos los salarios son como el suyo? Por si las palabras del Sr. Azpiazu fueran poco, el Lehendakari alardea de lo que no ha gastado, pero sin decir a costa de quienes ha sido.
Tal vez los recortes en sanidad tengan algo que ver. Esos recortes que están suponiendo
listas de espera de muchos meses para algunas especialidades y pruebas
complementarias. Recortes que están suponiendo la privatización de servicios de
mantenimiento, limpieza, etc.. Están creando un escenario de sanidad para ricos y sanidad
para pobres.

Y qué decir con la atención socio sanitaria. Privatización de todos los servicios, haciendo imposible que quienes lo necesitan accedan a ellos. Los servicios de ayuda a domicilio tienen un coste que muchas personas no pueden pagar, porque sus pensiones son de 700 euros. Las residencias públicas cada vez son menos, teniendo que hacer frente, las familias que pueden, a precios de entre 2.500 y 3.500 euros por una plaza en una residencia privada. Esto está dando lugar a que muchas personas, mayores o con discapacidades, estén viviendo en sus domicilios en muy malas condiciones.

Conociendo la realidad social, esa que el Lehendakari y el Sr. Consejero parecen no
conocer, es fácil saber cómo el gobierno PNV-PSE ha conseguido el remanente de 1.877 millones. Si fueran personas que gobernaran para todos y todas, ese remanente lo utilizarían para que la ciudadanía no pasara frío, no pasara hambre, tuviera los cuidados que toda persona se merece, los salarios serían dignos y las condiciones laborales no serían precarias.
Sus hechos les delatan y, una vez más, demuestran que solo gobiernan para unos pocos,
para que crezcan sus arcas a costa de la precariedad de otros muchos.