No mas minutos de silencio

La violencia machista aumenta y esto nos debería hacer reflexionar, pero no para dejarlo ahí. El número de agresiones, sobre todo a mujeres, pero también a niños y niñas, lejos de reducirse, crece.

Llevamos años concentrándonos en las plazas de los pueblos y de las ciudades. Leyendo declaraciones de repulsa desde las diversas instituciones. Pero el número de agresiones no deja de crecer. Los hechos y cifras demuestran que esto no es suficiente..

¿Cuántas agresiones más tiene que haber para que se tomen medidas que acaben con esta lacra social? Todos y todas podemos poner nuestro granito de arena, que por muy pequeño que sea, ayuda.

No debemos mirar para otro lado cuando veamos actitudes machistas o signos de maltrato físico y/o psicológico, porque la pasividad sostiene el machismo.

En casa podemos educar en el respeto, en la igualdad, en la no violencia, en la lucha y en el rechazo a actitudes machistas. Desde las instituciones se puede hacer mucho, porque capacidad y medios tienen. Con campañas, carteles, palabras, no se acaba con esta lacra social. Se necesitan hechos y resultados.

Las políticas de empleo deben ir dirigidas a crear empleos con salarios dignos, salarios que no discriminen por razón de género. La independencia económica es vital para dar pasos contra la violencia de género. Ayuda a no estar condenada a la sumisión.

Las políticas educativas deberían ser el pilar de esta lucha. Educar a los niños, niñas y jóvenes, para que vean la igualdad como algo que existe, que es real, y que no es necesario reivindicar. Educar para hacer frente a actitudes machistas, para que reconduzcan esas conductas.

Las políticas de formación son también imprescindibles. Educación no solo en los centros educativos, sino también en los centros de trabajo, tanto públicos como privados. Formar a todos los trabajadores y trabajadoras para que sepamos cómo actuar ante signos de acoso o maltrato. Si sabemos detectar y sabemos que hacer ante la violencia de género, estaremos haciendo frente y arrinconando al maltratador.

Las políticas de justicia deben cambiar. La realidad nos demuestra que no sirven. La mayoría de mujeres asesinadas habían denunciado previamente a sus agresores y en vez de ayuda encontraron trabas y dilación en las tramitaciones, dejándolas indefensas a merced de sus agresores. La respuesta debe ser rápida e inmediata.

Las políticas sociales deben estar dotadas de medios que puedan dar una respuesta rápida e inmediata a esas mujeres y niños y niñas que las necesitan.

Dejemos la foto con la pancarta a un lado, y acompañémosla de medidas que den resultados.