Sr. Urkullu, no rete a la ciudadania

Recientemente el Sr. Urkullu nos reta a la ciudadanía a bajar la tasa de contagios por
coronavirus. Esto es lo que se llama tirar balones fuera y no asumir responsabilidades.

Desde el mes de marzo estamos viviendo situaciones muy duras, con muchos fallecidos.
Fallecimientos que se han dado en la más absoluta soledad, con el consiguiente dolor para sus allegados, y que desgraciadamente se siguen dando.


En el ámbito sanitario el día a día ha sido agotador, trabajando con trajes hechos por el
propio personal con bolsas de plástico, escasez de material, de formación, y de personal.
Se contrató a personal y no se le formó, lo que supuso poner en riesgo su salud y la de los
demás. Han pasado los meses y vemos que los centros de atención primaria están
desbordados. El personal no da más de sí y la ciudadanía no está siendo atendida como
debería estarlo. Las consultas telefónicas, reduciendo las presenciales al mínimo, no están
facilitando el trabajo de los profesionales, sino todo lo contrario, y creando hartazgo en los
usuarios. Esto está obligando a acudir a las urgencias de los hospitales, cuando con una
buena atención primaria, no sería necesario. Sería interesante que se nos facilitaran los datos de la atención sanitaria privada. Es espeluznante el incremento que se ha dado en los últimos meses en la sanidad privada.

Los comités de expertos han excluido a los profesionales preparados, formados, de gran
prestigio, para componerlos de personas afines al poder. Ningunearon el esfuerzo de los profesores de la UPV, que en tiempo récord y con gran esfuerzo pusieron encima de la mesa unos test de muy alta fiabilidad y de bajo coste, ¿por qué? Habla de una oferta pública de empleo en Osakidetza de 4000 plazas, cuando la ope 2016-2017 sigue, a día de hoy, sin resolverse.

En el ámbito educativo, qué decir sobre lo que han sufrido, padres, madres, alumnos y
profesorado. Clases online, sin medios, sin apoyo a aquellos que más lo necesitaban.
Porque ¿cómo han ayudado a esas familias que no disponen de medios para una
educación online?

Llegó septiembre y se puso fecha al inicio del curso escolar, sin contar con la comunidad educativa para elaborar las medidas de protección en los centros. De nuevo el personal de los centros educativos, sin aumento de plantilla, tuvo que articular las medidas para mantener la seguridad de todos y todas.

La atención sociosanitaria ha sido tratada con una crueldad sin límites. Los datos de fallecimientos en las residencias así lo demuestran. Mayores aislados con mínimo contacto con los suyos, con unos cuidados más que deficientes, que han supuesto un deterioro físico y cognitivo alarmante. Trabajadoras de las residencias, públicas y privadas, cuidando a nuestros mayores, con muchos protocolos en el papel pero sin medios, sin personal y con sueldos en muchas de ellas, de 900 euros.

Se cerraron los centros de día y no se le dió cobertura alguna a las familias. Mayores que
viven solos, a los que no se les ha hecho un seguimiento para atender sus necesidades.

A día de hoy, hay residencias que solo permiten la visita, si es que así se le puede llamar, a
un único familiar. Hay hijos, hijas, nietos y nietas, que han visto una única vez a su madre o amama en los últimos ocho meses, porque no les dejan en base a esa mal llamada
̈protección a los más vulnerables”. Esto es un reto Sr. Lehendakari, visitas y cuidados dignos y salidas para nuestros mayores.

La solidaridad es una virtud de este pueblo. Los jóvenes se organizaron para hacer llegar alimentos a muchas familias que se quedaron sin ingresos, que ya vivían malamente, y a día de hoy siguen ayudándoles. Algo que desde las diferentes administraciones no se hizo.

Los pequeños negocios locales que no eran esenciales, sobrevivieron gracias a los ahorros
y a la solidaridad de sus vecinos.

Llegó la mal llamada desescalada, con la foto del Sr. Urkullu y el Sr. Revilla escenificando la nueva normalidad. Imagen vergonzosa y que nos costará olvidar. Había que hacer elecciones porque no suponía ningún riesgo, había que ir de vacaciones, había que consumir, a cualquier coste. Qué decir del transporte público. Lo que se está viendo en esta pandemia, desde el mes de marzo es autobuses, metros… masificados. Pero ahí no se toman medidas, ni se producen contagios. El precio de esa insensatez ha sido muy alto, llegando a la situación en la que nos encontramos.

Desde mediados de julio hasta principios de noviembre, se pone el foco de los contagios en la hostelería. Se decide el cierre de un dia para otro sin un plan de ayuda para un sector muy castigado. Algo que sí se hace con las grandes empresas, esas que después de recibir ayudas, despiden al personal o cierran sin ningún escrúpulo.

Los errores que cometieron en un principio, no les han servido para aprender. El aumento
de positivos, de ingresos hospitalarios y de sobrecarga en las UCIs, se achacan a la
ciudadanía. Se nos dice que no cumplimos las normas, que no tomamos medidas de
protección, que hacemos fiestas, reuniones numerosas. Decretan normas, tan ilegibles, que al día siguiente de su publicación, necesitan de 14 folios para interpretarlas.

¿Cuándo va a asumir, Sr. Urkullu, el reto de gestionar bien? ¿Cuándo van a hacer usted y su gobierno autocrítica de su gestión? No estamos necesitados de retos. Necesitamos liderazgo, responsabilidad y coherencia para gestionar esta crisis sanitaria y económica.