Un pueblo que tiene actividad comercial, es un pueblo que tiene vida. Esto es una realidad que es palpable en los pueblos. El comercio, de todo tipo, da riqueza a un pueblo en suconjunto y a sus gentes en particular.
En esta pandemia, aquellas personas que tenían duda de ello, han descubierto que gracias al pequeño comercio, a los baserritarras, hemos tenido todos los productos de primera necesidad e incluso los que no lo eran, a nuestro alcance. Todo esto o teníamos, no ha surgido con la pandemia.