Tras varias semanas deshojando la margarita, que ya no tenía pétalos, el Lehendakari hizo pública la fecha de los próximos comicios, fecha que a nadie ha pillado por sorpresa. Ha sido patética la imagen que ha dado con este tema, más que un lehendakari parecía un niño enfadado en el patio del colegio.
Si la negativa a que Urkullu fuera candidato fue un navajazo por la espalda, no lo fue menos la filtración del candidato. Bajan turbias las aguas en los batzokis, aunque quieran hacer ver lo contrario.
Desde ese día la carrera del PNV hacia la meta es frenética. Los obstáculos que se está encontrando en el camino son muchos. El Sr. Pradales empezó hablando de Osakidetza, intentando dar respuesta al descontento de la ciudadanía, vendiendo las mejoras que está dispuesto a hacer cuando sea lehendakari. Sus palabras chirriaron en su partido y la consejera de Sanidad tuvo que salir públicamente a relatar lo bien que está Osakidetza.
Recientemente, han vendido que Osakidetza incorpora a su plantilla 329 médicas y médicos. Otra gran mentira. Son profesionales que ya están trabajando en Osakidetza como eventuales, que hace tres años consiguieron una plaza fija a través de una OPE, plaza que hasta ahora no les han adjudicado. Esto es, aumento de plantilla, cero. Su nefasta gestión de las oposiciones del servicio público de salud, que tardan años en resolver, quieren ocultarla con informaciones falsas.
Otro gran obstáculo, el Guggenheim de Urdaibai, que el Sr. Rementeria dijo que se iba a hacer “si o si”. La respuesta popular está siendo muy importante, creando un amplio rechazo a este proyecto entre la ciudadanía. Para esquivarlo, deciden retirarlo y estudiar mejor el impacto que podría tener.
La semana pasada la Consejera Melgosa hizo público un “pacto de cuidados públicos y comunitarios”. La realidad es que todo lo relacionado con los cuidados es privatizado utilizando dinero público para ello. De lo que manifestó a lo que vienen años haciendo, hay una gran diferencia. La huelga del 30 de noviembre supuso otro nuevo obstáculo para PNV y PSE.
El TAV, gran fracaso que avalan varios estudios, ya no vende, sino todo lo contrario. Mejor obviarlo que defenderlo.
Continuando con esta carrera de fondo, cuya meta cada vez tienen más alejada, nos deleitan con una foto del Sr. Urkullu con el alcalde de Gernika. Pueblo donde apoyaron una “monarquía”, con tal que EH Bildu, que ganó las elecciones, no gobernara.
La carrera promete, son muchos los obstáculos y algunos tienen difícil llegar a la meta. Mucho más difícil subir al pódium, sin hacer trampas.