El consumo local no siempre es posible, pero tampoco es imposible

Un pueblo que tiene actividad comercial, es un pueblo que tiene vida. Esto es una realidad que es palpable en los pueblos. El comercio, de todo tipo, da riqueza a un pueblo en suconjunto y a sus gentes en particular.
En esta pandemia, aquellas personas que tenían duda de ello, han descubierto que gracias al pequeño comercio, a los baserritarras, hemos tenido todos los productos de primera necesidad e incluso los que no lo eran, a nuestro alcance. Todo esto o teníamos, no ha surgido con la pandemia.


Hay que resaltar que el comercio que no es de primera necesidad, ha sabido adaptarse a la
nueva situación, utilizando las nuevas tecnologías para llegar a todo aquel que así lo
quisiera. Un gran esfuerzo que no deberíamos olvidar y si debemos agradecer.

Es una realidad que vivimos en una sociedad de consumo, donde las grandes cadenas, con todos los medios a su alcance, se lo ponen muy difícil al pequeño comercio. Pero el
pequeño comercio no nos lo pone fácil a la ciudadanía en general.

Desde diferentes ámbitos es clara la necesidad de hacer un análisis sobre el pequeño comercio. Es muy difícil comprar en un pueblo, cuando la oferta es escasa y la accesibilidad a sus precios difícil. Cuando es un comercio dirigido a un sector muy reducido, de alto poder adquisitivo, no es comercio local. La oferta comercial de un pueblo debe partir de un estudio de necesidades y de rentas de sus habitantes.

El debate sobre qué modelo de pueblo y qué servicios queremos y necesitamos, es un debate necesario y enriquecedor, que no debería alargarse en el tiempo. La oferta comercial debe ir pareja a la oferta cultural, educativa, deportiva, de servicios. Tiene que ser un todo.

Una sociedad consumista es una sociedad enferma. Estamos en un buen momento para hacer un profundo análisis sobre lo que consumimos y cómo lo consumimos. Un estudio integral sobre las necesidades comerciales, conjugandola con otro tipo de actividades, dando cabida a todos los sectores, nos enriquecería como pueblo y como personas.