Fracaso institucional

En los últimos meses, las alarmas han saltado de una forma estridente. La razón, tres personas muertas a manos de menores de edad, robos, palizas… ¿A qué se está esperando para que se dé una solución a esta y a otras lacras sociales?

Por parte del sr. alcalde de Bilbao hemos oído que el que la hace la paga y que esto es un fracaso social. No ha podido ser más inoportuno con sus palabras, lo cual es muy preocupante. Estos hechos reflejan un fracaso institucional muy serio, el cual corrobora con sus declaraciones.

El que la hace la paga. MENTIRA. Pero además, el objetivo no debería ser ese, sino, que no la haga.

No se debe culpar a la sociedad. Hay que ser consecuente y asumir su responsabilidad y la del resto de las instituciones, que son las que han fracasado.

Los máximos responsables del ayuntamiento, diputación, educación, en vez de echar balones fuera o esconder la cabeza debajo del ala, deberían hacer una autocrítica y ponerse a trabajar de forma seria para que hechos como estos no se repitan. Los comportamientos de estos jóvenes, no son cosa de un día para otro. Desde diferentes ámbitos ya se había dado trasladado a las instituciones públicas de los problemas que estaban creando algunos menores. La cara de sorpresa de algunos representantes institucionales es falsa, ya lo sabían.

Estos graves hechos han destapado una realidad, que es que la sociedad, padres, madres, jóvenes, barrios, trabajadores sociales, profesorado, llevan tiempo sufriendo, y denunciando situaciones muy violentas, quedando claro ante todos, que la respuesta por parte de las instituciones ha sido nula o errónea, vistos los resultados. Y esto es una realidad, no es crear alarma social.

Lo que sí crea alarma social son las declaraciones de algunas autoridades.

Menores de edad que no acuden a clase, que amenazan a profesores, profesoras, compañeros y compañeras. Menores de edad que delinquen de forma reiterada. Trabajadores sociales que no son escuchados. Asociaciones vecinales ninguneadas. La solución a este problema no viene dada por poner más policía en la calle. La solución debe ser una respuesta integral.

Las instituciones deben dotar de instrumentos a los profesionales de la educación, de la salud, de los servicios sociales, y escucharles, porque son profesionales y saben de qué hablan, para que puedan trabajar con estas personas y reorientar sus comportamientos incívicos.

Desgraciadamente vivimos en una sociedad, en la que la prevención no es una prioridad en la mayoría de los campos, como el laboral, social o sanitario, teniendo ello unas consecuencias nefastas para todos y todas. Invertir en prevención es una muy buena inversión.

Desde la sociedad, lo que exigimos son políticas de verdad, no de campaña electoral, con medidas que reinserten, reorienten y ayuden a corregir conductas que solo producen daño y dolor.