La memoria histórica, patrimonio de todos y todas

gerra-erakusketa5Repasar y repensar nuestra historia, es una inversión que nos permite interpretarla y contarla sin interferencias. Así, volviendo la vista un instante podemos descubrir que miles de hombres y mujeres de nuestra tierra combatieron en una guerra desigual, contra un ejército mucho más poderoso.

Aquella contienda afecto de manera directa y principalmente en una parte de la ciudadanía, en la de los perdedores. No pudieron seguir siendo lo que eran hasta entonces, no pudieron recordar ni homenajear públicamente a los familiares y amigos muertos o huidos. No existían.

Aferrarse a los recuerdos dificulta poder avanzar en el presente, pero el ejercicio de la memoria es necesario para superar la “amnesia obligada” a la que algunos han intentado abocarnos durante décadas. Ellos han podido escribir su historia y recordarla, otros no lo hemos podido hacer, y en gran medida seguimos sin poder hacerlo. Aún así, toda esa información que fue convenientemente “olvidada”, va saliendo a la luz gracias a la labor de numerosas personas y asociaciones.

Transcurridos casi 80 años desde el comienzo de la guerra civil, ese relato sigue estando presente entre nosotros. Dicen nuestros mayores que “la guerra fue algo malo, que trajo algo aún peor”, la postguerra y con ella el hambre, la miseria y la represión bajo el yugo fascista. Tras ser derrotados militarmente, los vascos tuvimos que hacer frente a uno de los pasajes más oscuros de nuestra historia. Durante décadas todo tipo de reivindicaciones fueron brutalmente reprimidas. La propia identidad vasca, en la calle o en las escuelas fue perseguida y negada.

Recuperar esa memoria colectiva es una tarea ligada a la construcción de nuestro pueblo. Vale la pena el esfuerzo por conseguir ser los principales guionistas y narradores de nuestra historia. En muchas ocasiones nos han mentido sobre el pasado, intentando deslegitimar nuestra identidad colectiva.

Pero la guerra civil y el franquismo son eslabones de una misma cadena que nos da perspectiva para comprender lo que ocurre en el presente. Ya que entender lo que somos y de donde venimos son condiciones indispensables para cambiar las cosas. Y disponer de ese pasado en común como base de nuestra identidad colectiva, no solo es un logro, sino que puede convertirse en un instrumento que nos permita avanzar ahondando en lo que nos une.

De la misma manera que en el resto de Euskal Herria, en Zornotza el ejercicio de la memoria necesita de compromisos colectivos. Desde planteamientos participativos y plurales, podemos conjugar pasado y presente para afrontar el futuro como un reto difícil pero posible. Con respeto, responsabilidad y mucha humildad. Ya que la memoria histórica no es patrimonio de nadie, nos pertenece a todos y todas.