Tras décadas de conflicto difícilmente podemos creer que la política avance o retroceda en base a las casualidades o buenas intenciones. La confirmación por parte del tribunal supremo de la sentencia sobre el sumario 35/02 es buen ejemplo de ello. Un procedimiento iniciado por Baltasar Garzón en el 2002 y que se ha alargado en el tiempo, más por impulsos políticos que por criterios judiciales.

Este procedimiento está basado exclusivamente en sospechas, especulaciones e hipótesis aportadas por informes policiales. Indicios sin ningún tipo de verificación, a los que se les ha dado naturaleza de prueba. Así, se han juzgado los fines políticos de las personas y organizaciones, no los medios; se ha juzgado la actividad política y no hechos punibles.

El estado es plenamente consciente de que su problema no son las decenas de personas juzgadas, sino su proyecto. Ante ello, continua utilizando el derecho penal del enemigo y sus tribunales arbitrarios, como baza para condicionar un nuevo escenario que esté basado en más democracia vasca y menos “libertad” constitucional española.

Esta nueva resolución no es sino la confirmación de todo lo que nos queda por avanzar, hacia un futuro donde los derechos de todas las personas sean respetados por igual, y donde todas las opciones políticas sean legitimas y pugnen con igualdad en un escenario verdaderamente democrático.

En Zornotza, la mayoría política y sindical ha manifestado repetidamente, en la calle y mediante sucesivas mociones, su compromiso. Mostrando su rechazo a la sentencia y ejecución de este sumario, exigiendo el sobreseimiento de la causa y la absolución de todos los encausados.

KONPONBIDE DOMOKRATIKOARI BAI!

EPAIKETA POLITIKORIK EZ!