Un futuro desde y para Euskal Herria

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El portavoz del PNV en Madrid, Aitor Esteban, junto a Mariano Rajoy.

Nada ha cambiado tras la odisea electoral iniciada en diciembre del pasado año. Nueve meses después se confirma lo que ya preveíamos en enero: el futuro para todas aquellas personas que queremos construir una Euskal Herria libre y democrática continua bloqueado.

Rajoy aplaude los acuerdos entre el gobierno colombiano y las FARC, pero mantiene las mismas posiciones que Álvaro Uribe en su propio estado. Si muchas vascas y vascos albergaban la esperanza de un cambio de modelo, ya han podido constatar que lo que verdaderamente toca es la recentralización de un estado corrompido hasta el tuétano.

Entre “la vieja” y “la nueva” política, parece no quedar espacio para la “buena” política y hemos pasado de la escenificación de posibles acuerdos, a la teatralización en un circo de tres pistas: la liderada por la gaviota, la subordinada de la rosa y la sobreactuada de la naranja. Arriba en el graderío, los morados como convidados de piedra y los jeltzales, esperando para saltar y formar parte del elenco. Así las cosas, ¿Verdaderamente pensamos que el cambio político que demanda Euskal Herria se gestará en Madrid?

Posible escudero del PP en el futuro, el PNV sigue manteniendo su alianza con el PSE y gobernando en gran parte de la CAV. Estos últimos critican un posible pacto de derechas, “olvidando” que Patxi Lopez fué lehendakari precisamente gracias al apartheid político y a los votos del PP.

A su vez, la agenda vasca del PNV pasa por seguir vendiendo las bondades de un marco autonómico agotado, haciendo hincapié en la vía escocesa, desechando el ejemplo catalán y olvidando que la principal diferencia entre estos procesos está en Madrid y en Londres.

Con este panorama es difícil creer, que los dirigentes jeltzales vayan a formar parte del inicio de nada, de hacerlo se sumarán y más por obligación que por convicción. Cuarenta años de ambigüedad partidista, no dan un giro de 180 grados de una legislatura a otra, y este último adelanto electoral sigue esas mismas coordenadas.

Nosotros por nuestra parte llevamos décadas reivindicando que somos una nación sin estado, pero la pata más importante donde poder asentar ese proyecto sigue siendo el pueblo. Si pretendemos convencer a otros sectores de que la alternativa es la vía independentista, esta tendrá que circular por el carril izquierdo, traspasando el ámbito abertzale para poder conjugar el queremos ser y el necesitamos ser. Nafarroa en hegoalde y Lapurdi, behe Nafarroa y Zuberoa, pese a todos los obstáculos siguen avanzando. Más allá de las citas electorales, sería conveniente que en Araba, Gipuzkoa y Bizkaia nuestro esfuerzo fuese proporcional.

Por lo demás, vivimos en un momento político donde algunos insisten en mantenerse por encima del bien y del mal, tomando la indefinición como bandera y reduciendo a una mera carrera electoral el compromiso de nuestra sociedad por un cambio verdadero. Haríamos mejor todos, en asumir y aprender de los errores, y en compartir y rentabilizar de manera colectiva los aciertos.

Recordando al “necio” de Silvio Rodriguez:me vienen a convidar a arrepentirme, me vienen a convidar a que no pierda, me vienen a convidar a indefinirme, me vienen a convidar a tanta mierda”. Ánimo eta aurrera.