Según denuncia el sindicato LAB, las presiones comenzaron en marzo cuando las y los trabajadores decidieron celebrar elecciones sindicales y solicitaron teletrabajar mientras estuviera en vigor el estado de alarma por la pandemia de coronavirus. Finalmente, la empresa cedió, pero advirtió que esto tendría sus consecuencias y ahora ha cumplido su amenaza despidiendo a cinco personas y aplicando un ERTE al resto de la plantilla. Gehiago Irakurri